Escribo este post a
raíz de la lectura del
libro de Allan Pease. es un muy buen libro y de mucha ayuda para nuestro que hacer diario.
Contantemente en nuestras interacciones diarias, estamos cuidando nuestro lenguaje verbal, decimos las palabras apropiadas según el contexto, callamos cuando creemos conveniente callar, buscamos las palabras correctas para no herir y también para herir en algunas situaciones. Eso es respecto al lenguaje verbal y, que podemos decir del lenguaje no verbal. Según las estadísticas, este lenguaje representa casi el 80% del total de nuestra comunicación, el lenguaje no verbal es más emocional, es primario, porque mientras la boca calla, a veces, el cuerpo nunca deja de hablar, de comunicar. En nuestra comunicación diaria no solo estamos decodificando los símbolos y códigos que recibimos verbalmente, también decodificamos los códigos no verbales, Pero al contrario de las palabras, al analizar los códigos no verbales (posturas, gestos) somos más intuitivos y lo analizamos en un plano más preconsciente, es por ello que a veces no podemos explicarnos como algunas personas nos caen tan mal desde el primer contacto o nos caen muy bien. Como profesionales de la psicología, que nos hacemos llamar especialistas de la conducta humana, se hace necesario un estudio profundo y científico del lenguaje no verbal, una observación aguda y análisis adecuado de este lenguaje, nos dará muchas pistas acerca de la veracidad de la información verbal que recibimos y los rasgos de personalidad.
